domingo, 12 de junio de 2011

Recreación de un personaje: Boabdil

Yo deseaba ser rey de Granada, mandar sobre todo, pero había un problema: mi padre y mi tío, por lo que tenía que arrebatarle a mi padre el trono, pero solo no podía, así que decidí convencer a los abencerrajes y a mi propia madre. Después de un tiempo de lucha con mi padre y mi tío conseguí arrebatarles lo que más deseaba: sentarme en el trono.

La noche antes de la batalla que llamaron de Martín González, que no sé por qué la llamaron así, estuve pensando mucho, tenia el presentimiento de que la cosa no saldría bien, pero como yo era el rey debía hacer lo que prometí.

No conseguí pegar ojo toda la noche. Llegó la hora de marcharse a la batalla. Como en mi presentimiento, la batalla no salió bien y me apresaron las tropas enemigas. Ya en la celda, me desperté y eso olía fatal, muchos mendigos en las celdas riéndose de mi diciendo: "como un rey puede estar aquí encerrado, lo torpe que tiene que ser" y se reían de nuevo. Yo enfadado pensé cómo yo puedo estar aquí con este desecho social.
Al llegar los soldados me llevaron por un pasillo oscuro y, cuando vi el sol, lo eché de menos. Al llegar a la habitación estaban los Reyes Católicos y me ofrecieron un pacto a cambio de mi libertad y era:dar parte de mi reino a estos cristianos, no se por qué acepté pero lo hice.

Pasados los años, mi reino se hacía más pequeño y viendo el panorama pacté para que las tropas cristianas me apoyaran cuando fuera a Fez, por si había algún que otro opositor, a cambio tuve que dejar mi reino a los Reyes Católicos.

Tuve que ir a Almería a residir antes de ir a Fez y yo muy triste, viajando junto a mi madre, miré hacia atrás la ciudad en la que había nacido, crecido y reinado, me la quitaban de las manos sin yo hacer nada al respecto y se me cayeron las lágrimas y empecé a llorar como nunca lo había hecho. Miré a mi madre y ella triste me dijo “llora como mujer lo que no defendiste como hombre”.

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